Identifica las Causas de su Selectividad
Antes de implementar cualquier estrategia, es crucial entender por qué un niño puede ser selectivo con la comida. Esto puede deberse a razones sensoriales, como la textura o el sabor de ciertos alimentos, o puede ser una manifestación de su necesidad de controlar su entorno. Conversar con un pediatra puede ayudar a descartar posibles problemas subyacentes y asegurar que el enfoque sea el adecuado.
Introduce Nuevos Alimentos de Manera Gradual
La introducción de nuevos alimentos puede ser un desafío. Para hacer este proceso menos intimidante, es recomendable incorporarlos gradualmente y en pequeñas cantidades. Presenta el nuevo alimento junto con otros que ya sean de su agrado y evita forzar al niño a comerlo; en cambio, anímalo a explorar el alimento sin presión.
Crea una Rutina de Comidas Consistente
Establecer un horario regular para las comidas y meriendas proporciona estructura y reduce la ansiedad que los niños pueden sentir hacia la comida. Evita ofrecer alimentos o bebidas (excepto agua) entre estos tiempos establecidos para asegurar que el niño tenga hambre durante las comidas principales.
Sé un Modelo a Seguir
Los niños imitan las conductas de los adultos. Si ven que sus padres o cuidadores disfrutan de una variedad de alimentos saludables, es más probable que ellos también quieran probarlos. Compartir las comidas como familia y mostrar entusiasmo por los alimentos puede incentivar a los niños a ser más abiertos a probar nuevos sabores y texturas.
Involucra al Niño en la Preparación de Alimentos
Participar en la selección y preparación de alimentos puede aumentar el interés de un niño en comerlos. Permitir que el niño elija verduras en la tienda o ayude a lavar y preparar la comida puede hacer que se sienta más conectado y emocionado por lo que está en su plato.
Ofrece Variedad sin Sobrecargar
Mientras que es beneficioso ofrecer una variedad de alimentos, es importante no abrumar al niño con demasiadas opciones en una sola comida. Un plato visualmente simple con una pequeña selección de alimentos diferentes puede ser más atractivo que un plato muy cargado.
Respeta sus Preferencias, Pero no Renuncies
Es importante respetar las aversiones alimenticias del niño, pero también lo es no ceder completamente a ellas. Si un niño rechaza consistentemente un alimento, no es necesario forzarlo, pero sí se puede intentar presentarlo de nuevo en el futuro en un contexto diferente, como en una receta nueva o acompañado de otros ingredientes que sí disfrute.
Implementando estas estrategias, los padres pueden ayudar a sus hijos a desarrollar hábitos alimenticios saludables y una relación más positiva con la comida, sin convertir la hora de comer en un campo de batalla. Visita Minenito.